PEDIATRAS NEONATÓLOGOS EN MÉRIDA
En este Portal de pediatras neonatólogos en Mérida encontrara varias alternativas para el cuidado de sus pequeños. Contar con un buen Pediatra Neonatólogo es fundamental. Es a él a quien podemos recurrir para mantener la salud de los niños y asegurarse de que tengan un crecimiento saludable.
El Pediatra Neonatólogo es un médico especialista que se encarga de atender recién nacidos de alto riesgo, brinda terapia intensiva neonatal, reanimación neonatal, recién nacidos de término y recién nacidos prematuros, observando el control del crecimiento y desarrollo del niño sano desde que la mujer está embarazada (cuidado del neonato o feto desde el embarazo)
Un Pediatra Neonatólogo ofrece consulta prenatal, así como al recién nacido, atendiendo enfermedades infecciosas, desnutrición, intolerancia a la lactosa, reflujo gástrico, estreñimiento, vacunas, infecciones recurrentes, obesidad, enfermedades respiratorias, mareos, enfermedades en los bebés, enfermedades de los niños, lactancia materna exitosa y leche materna. Además se encarga del cuidado del bebé en el embarazo, estimulación temprana y apego materno inmediato, otorgando el mejor servicio y atención a los pequeños pacientes.
Dr. Alan Otoniel Medina Ventura
Pediatra Neonatólogo
Hospital Faro del Mayab Calle 24 S/N Temozón Norte Mérida Yuc,
Citas: 999 3774608 ó 9995187042
Dr. Daniel Briceño Abraham
Pediatra Neonatólogo
Centro Médico Pensiones
Calle 7 215A, (por 32 y 34) Piso 3, Pensiones, Mérida,
Citas: 999 489 0670
Dr. Martin Moo Marín
Pediatra Neonatólogo
Clínica Mérida
Av. Itzaes 242 García Ginerés, Mérida
Citas: 999 4891974
Dra. Teresa Magaña Garza
Pediatra Neonatólogo
Hospital Star Médica Mérida
Citas: 999 9302880 ext. 2622
Dra. Rosa Elena Olivares Canto
Pediatra Neonatólogo
Consultorio Privado, céano 34 Carretera Mérida/Progreso, Km 17.5, Mérida
Citas: 998 845 4644
Dr. José Alberto Hernández Martínez
Pediatra Neonatólogo
Consultorio Privado 5 Av. Colón 203A, García Ginerés, 97070 Mérida, Yuc., Mérida
Citas: 552 107 4481 y 999 518 2530
Dr. Héctor Cabrera Baqueiro
Pediatra Neonatólogo
C. 76 448E, Por calle 45 y 47,
Centro, 97000 Mérida, Yuc.
Citas: 999 923 0950 y 999 658 7549
Dr. Lorenzo Osorno Covarrubias
Pediatra Neonatólogo
Calle 26 Nº 199 Int 817, 97130 – Mérida YUC
Citas: 999 943 7071 y 999 196 2454
De 1 a 3 niños, por cada 1,000 nacimientos, padecen sordera profunda en México
Los problemas auditivos, cuando son detectados a tiempo, puede ser tratados correctamente, permitiéndole a las personas llevar una vida normal y relacionada al mundo de los sonidos. Gracias a soluciones como el implante coclear, los pacientes con pérdida auditiva tienen opciones para conectarse al mundo desde pequeños.
Las estadísticas en relación con este tema son muy preocupantes. Hoy en día es una realidad que en México el defecto congénito más frecuente es la sordera, ya que por cada 1,000 nacimientos de 1 a 3 niños padecen sordera profunda, lo que representa entre 2 y 6 mil niños al año. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), al menos la mitad de estos casos pudo haberse prevenido con un diagnóstico a tiempo.
Y aunque se ha avanzado en el camino de la concientización de la prevención de la sordera gracias a que activistas, asociaciones y organizaciones han revelado y puesto de manifiesto el problema frente a la opinión pública, existe un profundo desconocimiento sobre el tema en nuestro país. De acuerdo a la OMS, la sordera puede ser fácilmente detectada en los niños recién nacidos a través del tamiz auditivo, una sencilla prueba que se hace al momento de nacer, y que puede marcar la diferencia al ofrecerle a los infantes el tratamiento adecuado y a tiempo en caso de que presente alguna manifestación relacionada con la hipoacusia.
Actualmente en México se realizan esfuerzos para ayudar a la niñez con sordera de profunda a moderada, pero no son suficientes, ya que la tecnología para el tamiz auditivo existe sólo en hospitales con una alta tasa de nacimientos, lo que reduce su campo de ayuda a sólo 400 centros en el país. Es por ello que las asociaciones relacionadas con la prevención y el tratamiento de la sordera juegan un papel muy valioso al ayudar a propagar el mensaje de la detección temprana de la hipoacusia, impulsando a los padres de familia a que soliciten esta prueba para sus recién nacidos.
Una vez realizada la prueba de tamiz auditivo es primordial consultar a un experto quepueda presentarles a los padres todas las opciones con las que cuentan para tratar la condición de su hijo, y así tomar la decisión adecuada de tratamiento para su necesidad específica.
Dentro de las alternativas está el implante coclear, un dispositivo médico electrónico que sustituye la función del oído interno dañado. Al contrario que las prótesis auditivas que amplifican el sonido, los implantes cocleares realizan el trabajo de las partes dañadas del oído interno (cóclea) para proporcionar señales sonoras que el cerebro interpreta, permitiéndole al paciente disfrutar de los sonidos.
Científicos mexicanos detectan enfermedades neurológicas, gracias al llanto de los bebés
Desde el 2002, científicos del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE) trabajan en proyectos de análisis y clasificación del llanto de los bebés para determinar enfermedades neurológicas e incluso otras patologías.
Carlos Alberto Reyes, investigador y líder del proyecto, informó que el aprendizaje e inteligencia computacional y la acústica sirven de base para el desarrollo de sistemas, que de forma automática clasifican el llanto y voz de bebé, y detectan diversas patologías. El doctor Reyes mencionó que esta investigación científica México-Italia, busca detectar enfermedades neurológicas a través de la clasificación del llanto,la voz y las expresiones faciales y “lo que se espera con este proyecto es llegar a una interfaz de diagnóstico que puede ser empleada a través de dispositivos móviles, accesibles para cualquier enfermera o médico en cualquier lugar”, comentó.
Entre las patologías con las que han trabajado se encuentran la ictericia, asfixia, hipoacusia, el hipotiroidismo y nacimientos de alto riesgo y otro de los objetivos es detectar autismo.
También comenta que cuentan con muestras de italiano, francés, español de México y de Cuba, árabe, turco y búlgaro, albanés, portugués y algunos idiomas africanos, pero se requieren de un mayor número de muestras, pero hasta el momento los resultados han sido muy alentadores”, reveló.
¿Qué hace un pediatra especialista en neonatología?
Aunque su pediatra puede resolver la mayoría de los problemas de salud de un recién nacido, un pediatra especialista en neonatología está específicamente adiestrado para manejar las situaciones más complejas y de alto riesgo.
Si su bebé nació prematuro o con una enfermedad, lesión o defecto de nacimiento serio, un especialista en neonatología podría estar presente al momento del parto y durante el cuidado subsiguiente del recién nacido. Si se identifica un problema antes de que nazca su bebé, un especialista en neonatología podría participar, junto con su obstetra, del cuidado del bebé durante su embarazo.
¿Qué tipo de adiestramiento tiene un Pediatra neonatologo?
Los pediatras en neonatología son doctores en medicina que han tenido
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Al menos cuatro años de estudios médicos universitarios
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Tres años de residencia en pediatría general
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Tres años adicionales de adiestramiento en cuidados intensivos para recién nacidos
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Certificación de la Junta Americana de Pediatría y la Sub-Junta de Medicina Neonatal-Perinatal.
¿Qué tipos de tratamientos brindan los especialista en neonatología?
Por lo general, los especialista en neonatología brindan los siguientes tipos de cuidado:
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Diagnóstico y tratamiento de recién nacidos con afecciones tales como trastornos respiratorios, infecciones y defectos congénitos.
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Coordinar el cuidado y el manejo médico de bebés prematuros, con enfermedades críticas o que necesitan de una cirugía.
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Garantizar que todos los recién nacidos críticamente enfermos reciban la nutrición adecuada para poder sanar y crecer debidamente.
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Brindar cuidado a recién nacidos en partos por cesárea o partos que conllevan problemas médicos para la madre o el bebé y que pueden afectar la salud del bebé y requerir intervención médica en la sala de partos.
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Estabilizar y tratar a recién nacidos con cualquier problema médico que ponga en peligro su vida.
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Consultar con obstetras, pediatras y médicos de familia sobre las afecciones que padecen los recién nacidos.
Los especialista en neonatología trabajan primordialmente en las salas de cuidados especiales o en las unidades de cuidados intensivos para recién nacidos de los hospitales. En ciertos casos, luego de que un recién nacido ha sido dado de alta de la unidad, un especialista en neonatología puede brindarle seguimiento ambulatorio a corto plazo. El especialista en neonatología coordinará el cuidado del bebé con su pediatra.
¿En dónde puedo encontrar un especialista en neonatología?
Los especialistas en neonatología ejercen en hospitales infantiles, centros médicos universitarios y hospitales comunitarios grandes. Su pediatra u obstetra está en capacidad de remitirlo a un pediatra especialista en neonatología en caso de que su bebé recién nacido necesite dicho cuidado especial. Puede encontra los pediatras neonatologos de la ciudad de mérida en el siguiente enlace
Pediatras neonatologos en merida yucatan
Un pediatra especialista en neonatología:
Una atención óptima para los recién nacidos.!
Los bebés recién nacidos no son simplemente adultos en pequeño. Un problema médico puede significar un reto especial. Hay bebés que nacen antes de que su cuerpo esté listo para dejar el vientre materno. Es posible que órganos importantes como el corazón, los pulmones, el estómago y la piel no estén lo suficientemente maduros como para funcionar sin ayuda especial.
Los especialistas en neonatología tienen el adiestramiento especial que se necesita para evaluar y tratar los problemas médicos de recién nacidos. Adicionalmente, los especialistas en neonatología emplean un equipo especialmente diseñado para sus pequeños pacientes.
Si su pediatra sugiere que su hijo(a) sea atendido por un especialista en neonatología, tenga la certeza de que el niño recibirá el mejor cuidado médico posible.
¿Qué son los bebés arcoiris?
Este término se utiliza para llamar a un pequeñito que nació después de la pérdida (aborto) de un bebé que venía en camino, y solo cuando la causa del bebé fue por aborto espontáneo, muerte fetal o neonata.
De acuerdo con los especialistas, la pérdida de un bebé por alguna de estas causas es una de las más dolorosas para una familia, lo cual obedece a todas las ilusiones, planes y proyectos que se tenían para quien sería su futuro hijo.
El lapso de duelo ante la pérdida de un bebé puede ser largo y afectar diversos ámbitos a la familia, a tal grado de que la madre –e incluso el padre– prefiera no tener otro bebé por temor a perderlo también.
Cuando se ha pasado esta etapa de duelo y la pareja decide intentar un embarazo de nuevo y el bebé nace sin complicación alguna, a este se le llama «bebé arcoíris», término que hace alusión a lo que el fenómeno natural representa.
El arcoíris casi siempre aparece después de una tormenta. El arcoíris representa al bebé y la tormenta asemeja la difícil situación que los padres vivieron por la pérdida de su otro hijo; esa es la simbología del concepto.
Es importante que los padres sepan que el nuevo bebé no reemplaza al peque que murió, pensar de esta forma pone en riesgo la salud física y mental de la mamá del nuevo bebé que viene en camino. De sentirse así, es vital acudir con un especialista pediatra neonatologo.
Las leches vegetales no son recomendables para bebés.
Los últimos años se ha generado una cultura del veganismo que ha sobrepasado, en algunos casos, los límites. Hace poco nos enteramos que un pequeño falleció por una alimentación demasiado natural donde los padres le daban leche de quinoa, de soya o sin gluten, la misma alimentación que ellos llevaban, lamentablemente el bebé falleció.
Esto demuestra una vez más que el mejor alimento para los pequeños es la leche materna y ninguna leche vegetal por más orgánica que sea puede ser mejor que la leche de mamá. Es importante tener claro que ni la leche de vaca ni la leche de soya que toman los adultos, ni otras bebidas vegetales elaboradas con avena, arroz, almendras, etc., ni los jugos de frutas ni las mezclas que se puedan preparar en casa son alternativas a la leche materna e incluso a las fórmulas infantiles y no se debe alimentar con ellas a un bebé.
En el caso de la leche de vaca contiene exceso de proteína que puede dañar el riñón yno aporta las suficientes cantidades de hierro, ácidos grasos, glúcidos y vitaminas C y E y las opciones vegetales tampoco contienen determinados ácidos grasos esenciales ni vitaminas B12, C y D, ni suficiente cantidad de hierro o proteína.
¿Por qué se pone duro el vientre en el tercer trimestre?
Es algo completamente normal y no está poniendo en riesgo ni a tu bebé ni tu salud, es sólo un indicio de que estás experimentando las famosas contracciones Braxton Hicks. A medida que avanza el embarazo, el útero se va preparando para el parto a través de estiramientos y contracciones los cuales suelen involucrar los ligamentos de la ingle y por eso a veces sentimos dolor en la entrepierna o en el pubis, pero para la mayoría de las mujeres no resulta doloroso y éstas no deben ser tan frecuentes, ni deben ir acompañadas de mucho dolor o sangrado, así que es bueno comentarlo con tu médico para descartar un parto prematuro. Las contracciones Braxton Hicks empiezan alrededor de la semana sexta del embarazo, aunque son inadvertidas, ya que comienzan a sentir más en la semana 20.
Los Pediatras también recomiendan: tomar agua, cambiar de actividad o posición, darnos un baño tibio, respirar profundamente o hacer ejercicios de relajación y en algunos casos, muchas mujeres comentan que es de gran alivio poner las manos sobre el estómago y relajarse.
Cuidados Especiales en Bebés Prematuros
Los bebés que nacen antes de las 37 semanas de gestación se consideran prematuros y deben recibir atención médica especial. El sistema respiratorio del bebé prematuro es el que más cuidado requiere, para ello los médicos usan máquinas de ventilación que proporcionan oxígeno y dilatan los pulmones, facilitando la respiración. Del cuidado que reciben los neonatos prematuros depende que se eviten problemas futuros en su crecimiento.
Los Neonatólogos pediatras recomiendan que los padres mantengan contacto permanente con el bebé y con el equipo médico para informarse detalladamente sobre las técnicas de cuidado.
Cuando el bebé tiene un mes, en realidad no tiene un mes, a lo mejor tiene 28 semanas, o sea, no podemos esperar que haga lo mismo que un niño que ha nacido con el embarazo completo. Entonces nosotros les orientamos y les decimos que cuando el niño tenga dos meses tiene que empezar a levantar la cabeza, cuando tenga cuatro meses tiene que coger una cosa con la mano. Para los bebés prematuros es fundamental que los padres cumplan puntualmente los controles médicos que el Neonatólogo Pediatra indica permitirán que el pequeño continúe su crecimiento normal y se eviten problemas futuros.
Si sus órganos internos no están bien desarrollados, podrían tener dificultades respiratorias, de alimentación y regulación de temperatura corporal, además están muy vulnerables a las infecciones. Su nivel de azúcar en la sangre podría ser muy bajo (hipoglucemia), condición capaz de causar lesiones cerebrales si no recibe el tratamiento adecuado. Necesitará de suplementos de hierro y de calcio si presentan carencia de esos minerales esenciales.
Los bebés prematuros y los pequeños para la fecha de su nacimiento se examinan individualmente, aunque les trasladarán a una unidad de cuidados intensivos neonatales si se dan las siguientes condiciones:
- Nacen con menos de kilo y medio.
- Nacen con menos de treinta y cuatro semanas de gestación
- Presentan graves problemas respiratorios
- Asfixia grave al nacer (falta de oxígeno o insuficiencia fetal)
- Infección grave
- Convulsiones
- Ictericia que precise de sustitución de sangre
Contar con un buen Neonatólogo Pediatra es fundamental, es a él a quien podemos recurrir para mantener la salud de los niños y asegurarse de que tengan un crecimiento saludable.
Cuidados de un bebé prematuro
Hay muchos factores que influyen para que se produzca un parto prematuro (antes de la semana 37 de gestación). Las mujeres cada vez retrasan más el momento de ser madres, y a partir de los 35 años de edad se incrementa el riesgo de que el bebé nazca antes de tiempo. También los embarazos múltiples contribuyen a que el momento del parto se adelante.
Independientemente del motivo, la prematuridad es un factor de riesgo asociado a ciertos problemas de salud, y por esto los bebés prematuros permanecen hospitalizados hasta que cumplen una serie de condiciones, como alcanzar determinado peso (alrededor de dos kilos) y ser capaces de regular adecuadamente su temperatura corporal. Normalmente el alta hospitalaria se produce entre las semanas 37 y 40 de edad gestacional, y con un peso de entre 1.800 y 2.300 gramos, dependiendo también de la gravedad de la patología asociada a la prematuridad del bebé.
En principio, el bebé prematuro tiene las mismas expectativas de desarrollo que cualquier bebé nacido a término, sobre todo si al nacer superaba el kilo de peso pero, una vez en el hogar, estos niños precisan de una serie de atenciones específicas y un estrecho seguimiento médico, especialmente durante su primer año de vida.
Recomendaciones para mamás de prematuros
Higiene
Es muy importante lavarse las manos siempre antes de coger o manipular al bebé prematuro, y mantener muy limpia su habitación. Se debe cambiar su pañal cada tres o cuatro horas aunque no lo haya ensuciado.
Ambiente
El prematuro dispone de menor cantidad de grasa corporal, por eso se debe emplear ropa adecuada para ayudarle a regular su temperatura. Su habitación debe estar entre 21º y 24º; no es conveniente que el bebé tenga calor porque le supondría un esfuerzo disminuir su temperatura corporal.
Alimentación
La lactancia materna es la mejor forma de alimentar a estos bebés porque, como en el caso de los nacidos a término, contribuirá a fortalecer su sistema inmunitario. Los prematuros necesitan alimentarse con mayor frecuencia (unas ocho o diez veces al día). Cuando el bebé no sea capaz de mamar directamente, también se le puede administrar la leche materna mediante una sonda de alimentación. En general, estos niños necesitan un mayor aporte de calorías para poder mantener un crecimiento adecuado, por lo que muchas veces el médico prescribirá suplementos vitamínicos que garanticen una nutrición adecuada.
Vacunas
Los especialistas recomiendan que estos niños reciban las vacunas que les corresponden según su edad gestacional. En el caso de la vacuna antigripal, se debe administrar a los prematuros mayores de seis meses, sobre todo si han presentado complicaciones respiratorias o neurológicas, desnutrición severa, etcétera. También es conveniente que las personas que convivan con el niño se vacunen contra la gripe.
Sueño
Los recién nacido suelen dormir entre 16 y 18 horas diarias, y los prematuros incluso más. Al principio pueden sentirse extraños en la cuna porque mientras permanecieron ingresados había más luz y ruidos, por lo que puede resultar conveniente mantener una luz tenue encendida y la radio a bajo volumen durante los primeros días. Para dormir, hay que colocar al bebé boca arriba (salvo que el médico indique otra postura), comprobando siempre que no haya ningún juguete u otro objeto dentro de la cuna.
Visitas
Es recomendable dosificar las visitas, sobre todo al principio, y que no toquen demasiado al bebé ni le cojan en brazos. Hay que tener especial cuidado con los resfriados o cualquier otro tipo de enfermedad contagiosa, por lo que las personas que tengan intención de visitar al bebé deben estar seguras de no padecer ni haber padecido recientemente ninguna afección similar.
Salidas y paseos
Si el tiempo lo permite, no hay nada malo en sacar al niño a la calle, pero hay que evitar siempre acudir a lugares donde haya aglomeraciones de gente para evitar posibles contagios.
Consultar al médico
Hay que consultar con el médico siempre que se observe algo sospechoso o inhabitual en el estado o comportamiento del bebé, como por ejemplo:
- Dificultad para respirar.
- Dificultad para despertarse.
- Mal color de cara (azulado o muy pálido).
- Fiebre o hipotermia.
- Movimientos oculares anormales o ausencia de seguimiento visual.
- Ensucia mucho menos los pañales.
- Llora sin motivo y de forma prolongada.
- No quiere comer, o come menos.
Estimulación
Es bueno estimular al bebé para facilitar el desarrollo y maduración de su sistema nervioso. Para eso, es fundamental el contacto del bebé con los padres, y que estos le hablen suavemente, le cojan en brazos y jueguen con él. También es aconsejable colocar un móvil que el bebé pueda mirar desde la cuna.
Seguimiento
Los bebés prematuros precisan de un seguimiento médico especial, sobre todo los nacidos con un peso inferior a 1.500 gramos. Periódicamente se examina su vista y oído, y se controla el desarrollo de su sistema nervioso, prestando especial atención al momento en que sonríen, se sientan y andan por primera vez, así como al lenguaje hablado y el tono muscular. Algunos bebés prematuros necesitarán logopedia o fisioterapia cuando crezcan, y es importante detectarlo cuanto antes.
¿Qué son el parto y el nacimiento prematuros?
Un parto prematuro ocurre cuando comienzas a sentir contracciones regulares que hacen que tu cuello uterino (el canal que comunica el útero con la vagina) se empiece a abrir o a adelgazar antes de la semana 37 de embarazo.
Cuando das a luz antes de la semana 37, también se considera prematuro al bebé.
Si tu parto empieza prematuramente, eso no quiere decir que darás a luz a un bebé prematuro. Aproximadamente la mitad de las mujeres que experimentan el comienzo de un parto prematuro acaban dando a luz a las 37 semanas o más tarde.
Alrededor de una cuarta parte de todos los nacimientos prematuros son planeados. Por ejemplo, el equipo médico puede decidir inducir el parto o practicar una cesárea antes de las 37 semanas de embarazo debido a una complicación médica grave, como una preeclampsia intensa, o porque el bebé ha dejado de crecer.
El resto son nacimientos prematuros espontáneos. Un nacimiento prematuro espontáneo ocurre cuando el parto empieza antes de tiempo, cuando se rompe la fuente de aguas antes de lo previsto, o cuando el cuello uterino se dilata prematuramente sin contracciones, lo que se denomina insuficiencia cervical o cervicouterina.
Aproximadamente el 12 por ciento de los bebés en los Estados Unidos son prematuros. Esta cifra es tres veces más alta de lo que era en la década de los ochenta. Hoy en día hay más mujeres que recurren a tratamientos de fertilidad, lo cual aumenta la probabilidad de que tengan gemelos o más bebés, que tienden a nacer antes de llegar a término. También hay más mujeres que retrasan el embarazo, y la posibilidad de concebir gemelos aumenta a medida que te vas haciendo más mayor.
¿Qué puede pasar si mi bebé nace prematuro?
El nacimiento prematuro puede causar serios problemas de salud al bebé, o incluso su muerte, sobre todo si ocurre muy temprano. En general, cuanto más maduro es el bebé en el momento del nacimiento, más probabilidades hay de que sobreviva y menos de que tenga problemas de salud.
Algunos bebés prematuros tienen problemas para respirar. El nacimiento prematuro también aumenta el riesgo de que los bebés sufran un derrame cerebral. El sistema nervioso, el tracto intestinal y otros órganos también pueden resultar afectados. Los bebés prematuros tienen más tendencia a padecer infecciones e ictericia y pueden tener dificultades para alimentarse, así como para mantener una temperatura corporal estable.
Los bebés que sobreviven pueden sufrir problemas de salud a largo plazo, incluyendo enfermedades pulmonares crónicas, problemas de visión y audición, parálisis cerebral y problemas de desarrollo.
La mayoría de los bebés prematuros nacen entre las semanas 34 y 37. Si estos bebés prematuros no presentan otros problemas, usualmente gozan de mejor salud que los bebés que nacen más temprano, pero aun así corren más riesgo de tener problemas que los bebés que nacen más tarde.
Si tu parto empieza antes de la semana 34 y no hay una razón médica que requiera un alumbramiento inmediato, tu médico quizás logre retrasar el parto algunos días. Esto le ofrece la oportunidad de suministrar corticoesteroides al bebé, que ayudan a que sus pulmones y otros órganos se desarrollen más rápido, lo que aumenta enormemente sus probabilidades de sobrevivir y reduce lo más posible algunos de los riesgos asociados con el nacimiento prematuro.
Hoy en día existen muchos avances tecnológicos para ayudar a tratar a los bebés prematuros. Para sacar el máximo partido de ellos, los bebés prematuros permanecen en el hospital, en la sala de cuidado intensivo neonatal.
Este video te da un paseo virtual por una sala de cuidado intensivo neonatal
¿Qué es lo que produce un parto prematuro?
Si bien generalmente se desconoce la causa, hay distintos factores que pueden influir en un parto prematuro:
- Una infección
Algunas infecciones del aparato genital se asocian a un mayor riesgo de parto prematuro. Las sustancias que producen las bacterias pueden debilitar las membranas que rodean al saco amniótico y provocar su ruptura temprana. Incluso si las membranas permanecen intactas, las bacterias pueden causar una infección e inflamación en el útero, lo que podría acabar provocando un parto prematuro.
Seguramente en tu primera visita prenatal te hicieron pruebas para descartar infecciones de transmisión sexual tales como clamidia y gonorrea. Si dieron positivas, tanto tú como tu pareja deberían haber recibido tratamiento de inmediato. Unas semanas después te deberían haber hecho otra prueba y te habrán pedido que uses condones al tener relaciones sexuales durante el resto de tu embarazo.
Si ya tuviste anteriormente un parto prematuro, también te pueden haber hecho un análisis para ver si tenías vaginosis bacteriana. Aunque algunos estudios demuestran que el tratamiento de la vaginosis bacteriana en el segundo y tercer trimestre reduce el riesgo de parto prematuro en mujeres con antecedentes de nacimientos prematuros, otros estudios indican que no hay diferencias. Los especialistas no coinciden en si vale la pena hacerles estudios a las mujeres embarazadas que no presentan síntomas. (Si tienes síntomas de vaginosis bacteriana, te realizarán análisis y recibirás tratamiento con antibióticos, de ser necesario.)
Seguramente no te habrán realizado un análisis para verificar si tienes tricomoniasis a menos que presentes síntomas.
Algunas infecciones no uterinas, como la infección de riñón, pulmonía y apendicitis, también aumentan el riesgo de parto prematuro.
También corres más riesgo de tener un parto prematuro si padeces un tipo de infección urinaria llamado bacteriuria asintomática, una condición en la que hay bacterias en tu tracto urinario, pero no presentas síntomas. Esta es la razón por la que les hacen análisis de orina a todas las mujeres embarazadas.
Otros factores que podrían aumentar la posibilidad de tener un parto prematuro son:
- Algún problema con la placenta como placenta previa, placenta acreta (adherida) o desprendimiento prematuro de placenta.
- Un útero demasiado grande, lo cual ocurre a menudo cuando tienes un embarazo múltiple o demasiado líquido amniótico.
- Anomalías estructurales del útero o del cuello uterino, como por ejemplo un cuello uterino de menos de 25 milímetros de largo que se acorta, afina o dilata sin contracciones, lo que se denomina insuficiencia cervical. La insuficiencia cervical puede ser resultado de una cirugía cervical o puedes haber nacido con ella.
- Tener una cirugía abdominal durante el embarazo (por ejemplo, para extirpar el apéndice, la vesícula biliar, o un quiste en el ovario).
¿Cuáles son los factores de riesgo de un parto prematuro espontáneo?
Existen varios factores de riesgo, pero hay que destacar que más de la mitad de los nacimientos prematuros ocurren en embarazos sin ningún factor de riesgo identificable. Si bien es imposible predecir la probabilidad de un parto prematuro, puedes tener un riesgo más alto si:
- Ya has tenido un parto prematuro (cuanto más temprano haya nacido el bebé y más partos prematuros espontáneos hayas tenido, mayor es el riesgo)
- Estás embarazada de dos o más bebés
- Eres menor de 17 años o mayor de 35 años
- Eres de ascendencia africana
- Estabas demasiado delgada antes de quedar embarazada, o no aumentas el peso necesario durante el embarazo
- Has tenido sangrados vaginales en el primer y segundo trimestre. Si has tenido sangrados durante más de un trimestre, el riesgo aumenta
- Padeciste anemia de moderada a severa al comienzo del embarazo
- Fumas, consumes demasiado alcohol o consumes drogas (especialmente cocaína) durante el embarazo
- Has dado a luz en los últimos 18 meses (especialmente si quedaste embarazada los seis meses siguientes a dar a luz a tu anterior bebé)
- Tu madre tomaba la medicina DES (dietilestilbestrol), para disminuir el riesgo de aborto. (DES ya no se receta en los Estados Unidos desde 1971, pero aún se puede encontrar en otros países. Si tienes treinta años o más y tu madre vivía en otro país cuando estaba embarazada de ti, pregúntale si tomó esta medicina.)
- No has recibido atención prenatal o empezaste a ir tarde a la consulta prenatal
- Estás embarazada de un solo bebé, concebido como resultado de tratamientos de fertilidad
- Eres de clase socioeconómica baja
También parece haber una relación entre un alto nivel de estrés, especialmente estrés crónico, y el parto prematuro. La teoría es que el estrés intenso puede provocar la liberación de hormonas que desencadenan las contracciones del útero y el parto prematuro.
Esto podría explicar por qué las mujeres que son víctimas de abuso doméstico tienen un mayor riesgo de parto prematuro espontáneo. Las que sufren violencia física corren un riesgo aún mayor, especialmente si son víctimas de un trauma en el abdomen.
Algunos estudios sugieren que las mujeres que trabajan de noche o en profesiones que exigen mucho esfuerzo físico, tienen un riesgo mayor de sufrir un parto prematuro espontáneo.
Por último, algunos investigadores están estudiando el posible efecto de los factores genéticos en el parto prematuro, ya que parece ser más común en algunas familias. Creen que la genética puede explicar hasta cierto punto los diferentes porcentajes que se dan entre las distintas razas, incluso cuando se consideran otros factores de riesgo.
¿Existen análisis que puedan predecir la probabilidad de tener un parto prematuro?
Hay dos pruebas de detección para aquellas mujeres que presentan síntomas de parto prematuro o que corren el riesgo de tenerlo. Los resultados negativos son especialmente útiles, ya que pueden ayudarte a evitar intervenciones innecesarias e internaciones en hospitales.
El Colegio Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos no recomienda hacer estos estudios a todas las mujeres embarazadas. Las investigaciones no han demostrado que estos sean útiles para las mujeres que no se consideran de alto riesgo y que no presentan síntomas.
Las dos pruebas son:
Medición de la longitud del cuello uterino mediante un ultrasonido o ecografía
Quizás tu doctor haya medido la longitud de tu cuello uterino durante la primera visita prenatal. Si ve algo que le preocupa, puede recomendar un ultrasonido para medir tu cuello uterino con más precisión y observar señales de que está cambiando. Si empieza a adelgazarse o dilatarse a mitad del embarazo el riesgo de un parto prematuro es mayor.
Tu médico puede recomendar que te hagan un ultrasonido si nota que tu cuello uterino es más corto de lo normal al hacerte un examen, si presentas un alto riesgo de insuficiencia cervical, o si tienes síntomas que indican que el cuello uterino está cambiando (tales como presión sobre la pelvis o cólicos, dolor de espalda, aumento del flujo vaginal o sangrado).
Si el ultrasonido muestra que tu cuello uterino está comenzando a cambiar, probablemente el médico te recomendará que reduzcas tus niveles de actividad física y horas de trabajo, que evites tener relaciones sexuales y que dejes de fumar, si todavía no lo has hecho. Dependiendo de tu situación y de la edad gestacional del bebé, podrían realizarte otro ultrasonido en las próximas semanas.
Si aún no has llegado a la semana 24 y tu cuello uterino está cambiando, pero no tienes contracciones, el médico te puede recomendar un cerclaje, que es un procedimiento mediante el cual se realiza una sutura alrededor del cuello del útero (se cose con un punto de hilo fuerte) para reforzarlo y ayudarlo a mantenerse cerrado. Sin embargo, este procedimiento presenta algunos riesgos, y existe mucha controversia sobre si es suficientemente eficaz y si vale la pena hacerlo.
Las mujeres que pueden beneficiarse de un cerclaje incluyen aquellas que tienen antecedentes de una posible insuficiencia cervical. En ese caso, pueden practicarte un cerclaje al final del primer trimestre (entre las semanas 12 y 14), antes de que el cuello uterino comience a cambiar. Si tuviste un parto prematuro antes de la semana 34, es posible que te tomen mediciones periódicas del cuello uterino y te hagan un cerclaje si se presenta un adelgazamiento del cuello uterino antes de la semana 23. Tu doctor determinará si eres una buena candidata para este procedimiento.
También hay evidencias de que el uso de progesterona vaginal pueda reducir el riesgo de tener un parto prematuro en mujeres que tienen el cuello de la matriz corto (menos de 2 centímetros).
Prueba de detección de fibronectina fetal
Este análisis generalmente se reserva para mujeres que tienen contracciones u otros síntomas de parto prematuro. La fibronectina fetal (fFN) es una proteína producida por las membranas fetales. Si en una muestra de tus secreciones cervicales y vaginales tomada entre las semanas 24 y 34 de embarazo aparece una cantidad mayor de lo que debería, se considerará que corres más riesgo de tener un parto prematuro.
Si el resultado del análisis da positivo quizás tu médico te recete medicamentos para detener el parto a corto plazo, y corticoesteroides para ayudar a que los pulmones del bebé maduren más rápido.
Sin embargo, el análisis indica con mayor precisión que no darás a luz pronto. Si el resultado de fFN da negativo, es muy poco probable que tengas un parto prematuro durante las próximas dos semanas. Un resultado negativo puede tranquilizarte y ayudarte a evitar la internación en un hospital o bien otros tratamiento innecesarios.
¿Qué puedo hacer si presento un alto riesgo de parto prematuro?
Cuídate. Si comes y descansas bien, comienzas a recibir asistencia prenatal desde temprano en el embarazo y asistes regularmente a las visitas prenatales, abandonas hábitos perjudiciales (como el fumar) y reduces tu nivel de estrés, ya estás haciendo mucho para garantizar un embarazo saludable y a término. Dependiendo de tu situación, tu doctor puede recomendar que veas a un especialista en embarazos de alto riesgo (un perinatólogo), para que lleve tu cuidado prenatal.
Si ya has tenido una ruptura prematura de membranas o un parto prematuro espontáneo anteriormente, que resultó en un nacimiento prematuro antes de las 37 semanas, y esperas un solo bebé, pregúntale a tu médico respecto a un tratamiento con un compuesto de progesterona llamado Makena (caproato de alfa hidroxiprogesterona 17, o 17 P para abreviar).
Los estudios han demostrado que aplicar inyecciones semanales de esta hormona empezando entre las semanas 16 y 20, hasta la semana 36, resulta en una reducción significativa del riesgo de tener otro parto prematuro para las mujeres que ya han tenido uno antes. (En algunos casos, se empieza el tratamiento después de la semana 20.) Este medicamento no parece ofrecer beneficios para mujeres que llevan más de un bebé o que no tienen un historial anterior de parto prematuro.
A medida que tu embarazo progrese, fíjate en los cambios que experimenta tu cuerpo. Dedica un ratito todos los días, cuando estés sola y tranquila, a concentrarte en los movimientos del bebé y anotar todo dolor o presión inusual.
Aprende cuáles son las señales de un parto prematuro (ver abajo), y avisa a tu doctor inmediatamente si notas cualquiera de ellas. El adelanto más crucial en la forma de tratar el parto prematuro en los últimos 50 años ha sido el uso de corticoesteroides para acelerar el desarrollo de los pulmones del bebé antes de su nacimiento. Cuanto más pronto adviertas que ha empezado el parto prematuramente, más fácil será que tu bebé pueda beneficiarse de este tratamiento.
Algunos médicos sugieren reposo en cama, aunque no hay pruebas de que ayude a prevenir el parto prematuro y en algunos casos puede incluso ser perjudicial.
¿Cuáles son los síntomas de un parto prematuro?
Llama a tu médico o partera de inmediato en caso de tener alguno de los siguientes síntomas antes de la semana 37:
- Un aumento en el flujo vaginal
- Un cambio en el tipo de flujo, es decir, si se torna acuoso, mucoso o sanguinolento (incluso si tiene apenas un color rosado o algunos hilos de sangre)
- Hemorragia vaginal o pérdidas de sangre
- Dolor abdominal, dolores similares a los cólicos menstruales o más de cuatro contracciones en una hora (incluso si no son dolorosas)
- Un aumento de la presión en la zona pélvica (la sensación de que tu bebé está empujando hacia abajo
- Dolor en la parte baja de la espalda, especialmente si es amortiguado o rítmico, o si nunca antes habías tenido dolores de espalda
Estos síntomas pueden ser poco claros porque algunos de ellos, como la presión en la pelvis o el dolor en la parte baja de la espalda, también ocurren en los embarazos normales y las contracciones esporádicas tempranas pueden ser simplemente contracciones de Braxton Hicks.
Pero siempre es mejor prevenir que lamentar, así que llama a tu médico o partera de inmediato si sientes algo fuera de lo normal durante el embarazo. Para advertir posibles problemas en seguida, es buena idea que te familiarices con los síntomas que podrían indicar que hay un problema durante el embarazo.
¿Qué sucederá si tengo un parto prematuro?
Si tienes síntomas de parto prematuro o crees que estás perdiendo líquido amniótico, llama a tu médico, quien probablemente te hará ir al hospital para hacerte una evaluación exhaustiva. Comprobarán si tienes contracciones, revisarán la frecuencia cardiaca del bebé y te examinarán para verificar si has roto aguas. Analizarán tu orina para comprobar si hay signos de infección y tal vez te hagan cultivos cervicales y vaginales. Puede que también te hagan estudios para ver si tienes fibronectina fetal.
Si no has roto la fuente de aguas, tu médico hará un estudio vaginal para evaluar cuánto se ha dilatado o afinado tu cuello uterino. Lo más probable es que además te haga un ultrasonido abdominal para observar la cantidad de líquido amniótico y verificar el crecimiento, la edad gestacional y la posición del bebé. Algunos médicos también realizan un ultrasonido vaginal para revisar nuevamente la longitud del cuello uterino y ver si hay signos prematuros de afinamiento.
Si todos los análisis dan negativos, no has roto aguas y el cuello uterino permanece cerrado luego de unas horas, has dejado de tener contracciones y tú y tu bebé parecen sanos, es muy probable que te envíen a casa.
Aunque la forma de manejar la situación pueda variar un poco entre los distintos médicos, existen ciertas pautas generales.
Si aún no has llegado a la semana 34 de embarazo y se comprueba que muestras indicios de parto prematuro, pero las membranas están intactas, la frecuencia cardiaca del bebé es normal y no presentas signos de infección uterina u otros problemas (como preeclampsia grave o signos de desprendimiento prematuro de placenta), tu médico intentará retrasar el parto.
En primer lugar, te aplicarán una inyección intravenosa y te darán antibióticos para impedir que el bebé contraiga una infección por estreptococo del grupo B. (Esto se hace como medida preventiva, ya que los resultados de un análisis se demoran 48 horas.) Es muy probable que te den medicación para intentar detener las contracciones durante suficiente tiempo como para administrar corticoesteroides a tu bebé y acelerar el desarrollo de sus pulmones.
Si te encuentras en un pequeño hospital comunitario en donde no hay atención especial neonatal para un bebé prematuro, te transferirán a una institución más grande, de ser posible. Tú y tu bebé estarán bajo observación constante durante el parto, si es que este continúa.
Si rompes la bolsa de aguas antes de la semana 34 pero no tienes contracciones, el equipo médico podría decidir inducir el parto o simplemente esperar, con la esperanza de que el bebé tenga más tiempo para madurar. Todo dependerá de tu tiempo de gestación o de si hay cualquier signo de infección o algún motivo por el cual sería conveniente que el bebé naciera en ese momento. En cualquier caso, te administrarán antibióticos para protegerte del estreptococo del grupo B, a no ser que recientemente te hubieran hecho una prueba que salió negativa.
Si estás de 34 semanas o más y rompes aguas, quizás te induzcan el parto o te hagan una cesárea.
Sin embargo, si estás de menos de 34 semanas de embarazo, el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos (ACOG por sus siglas en inglés) recomienda esperar para el parto, a menos que haya una razón clara que indique que no se deba esperar.
Esperar a que se inicie el parto le da al bebé más tiempo para madurar, pero aumenta el riesgo de una infección. Por otro lado, a edades gestacionales muy tempranas, por regla general los beneficios de esperar son mayores que los riesgos inherentes a una inducción o cesárea inmediatas.
Mientras esperas, recibirás antibióticos (además de los que te darán para el estreptococo del grupo B) para reducir el riesgo de otras infecciones y ayudarte a prolongar el embarazo. También recibirás un tratamiento de corticoesteroides para ayudar a madurar los pulmones del bebé.
Durante todo este tiempo tu bebé y tú estarán bajo observación constante. Por supuesto, si desarrollas los síntomas de una infección o hay otras señales que indican que tu bebé no está prosperando, te inducirán o te harán una cesárea.
Si aún no has llegado a las 24 semanas de embarazo, no se recomiendan los antibióticos preventivos para el estreptococo del grupo B ni los corticoesteroides. Tu equipo médico te informará sobre el pronóstico de tu bebé y puedes optar por que te induzcan o por esperar.
Fuente: https://espanol.babycenter.com/a700481/el-parto-y-el-nacimiento-prematuros#ixzz4oRgbkoMz
La importancia del Tamiz Neonatal
El nacimiento de un bebé, representa ilusión para la familia que espera ansiosa su llegada. Es común que se pregunten si será niño o niña, cuál será su apariencia, su mirada y sonrisa; que pidan que nazca bien y sano. Aunque el bebé parezca estar sano, tu pediatra neonatólogo es el especialista que te puede indicar si hay enfermedades que no presentan signos clínicos. Es entonces cuando se realiza el Tamiz Neonatal.
El Tamiz Neonatal es un estudio de laboratorio, que puede detectar si tu bebé tiene algún problema metabólico que le ocasionará complicaciones de salud en el futuro, si no se trata de forma adecuada. Su objetivo es detectar las enfermedades, antes de que causen un daño irreversible en el bebé; es decir, él estará enfermo, pero si se le trata de manera oportuna, no presentará ningún síntoma de la enfermedad.
Hay enfermedades que se pueden controlar por completo, con medicamentos e incluso con una dieta adecuada. Por ejemplo, el Tamiz detecta la Fenilcetonuria, enfermedad que consiste en la acumulación de una sustancia en el cuerpo (Fenilalanina); causa retraso mental y convulsiones, entre otros síntomas. La manera de controlarla, es eliminando esta sustancia de la dieta. Otro claro ejemplo es el Hipotiroidismo congénito, que provoca retraso mental y problemas cardiacos; se controla tomando Tiroxina en la dosis que prescribe el Médico. Incluso si los síntomas de la enfermedad, no pueden ser inhibidos por completo; el saber de manera temprana que se tiene un problema de salud, eleva de manera importante la calidad de vida.
Lo ideal es que el Tamiz se realice entre el primer y quinto día de nacido. La toma es muy sencilla, se recolectan unas gotitas de sangre del talón del bebé (aunque también pueden ser del dorso de la mano); se ponen en un papel filtro, se toman algunos datos, tanto de los padres como del bebé, y después se analiza la muestra hasta para 76 enfermedades. Esta prueba es sencilla, indolora, rápida y económica; no ocasiona ningún problema al bebé y sobre todo, puede hacer una gran diferencia en su vida.
El diagnóstico y tratamiento oportuno de enfermedades, no solo disminuye complicaciones y síntomas al paciente; sino gastos que se derivan de las mismas. Siempre será mejor y más económico, prevenir que tratar, solicita a tu pediatra neonatólogo la prueba del tamiz neonatal.