Un parto prematuro ocurre cuando comienzas a sentir contracciones regulares que hacen que tu cuello uterino (el canal que comunica el útero con la vagina) se empiece a abrir o a adelgazar antes de la semana 37 de embarazo.
Cuando das a luz antes de la semana 37, también se considera prematuro al bebé.
Si tu parto empieza prematuramente, eso no quiere decir que darás a luz a un bebé prematuro. Aproximadamente la mitad de las mujeres que experimentan el comienzo de un parto prematuro acaban dando a luz a las 37 semanas o más tarde.
Alrededor de una cuarta parte de todos los nacimientos prematuros son planeados. Por ejemplo, el equipo médico puede decidir inducir el parto o practicar una cesárea antes de las 37 semanas de embarazo debido a una complicación médica grave, como una preeclampsia intensa, o porque el bebé ha dejado de crecer.
El resto son nacimientos prematuros espontáneos. Un nacimiento prematuro espontáneo ocurre cuando el parto empieza antes de tiempo, cuando se rompe la fuente de aguas antes de lo previsto, o cuando el cuello uterino se dilata prematuramente sin contracciones, lo que se denomina insuficiencia cervical o cervicouterina.
Aproximadamente el 12 por ciento de los bebés en los Estados Unidos son prematuros. Esta cifra es tres veces más alta de lo que era en la década de los ochenta. Hoy en día hay más mujeres que recurren a tratamientos de fertilidad, lo cual aumenta la probabilidad de que tengan gemelos o más bebés, que tienden a nacer antes de llegar a término. También hay más mujeres que retrasan el embarazo, y la posibilidad de concebir gemelos aumenta a medida que te vas haciendo más mayor.
¿Qué puede pasar si mi bebé nace prematuro?
El nacimiento prematuro puede causar serios problemas de salud al bebé, o incluso su muerte, sobre todo si ocurre muy temprano. En general, cuanto más maduro es el bebé en el momento del nacimiento, más probabilidades hay de que sobreviva y menos de que tenga problemas de salud.
Algunos bebés prematuros tienen problemas para respirar. El nacimiento prematuro también aumenta el riesgo de que los bebés sufran un derrame cerebral. El sistema nervioso, el tracto intestinal y otros órganos también pueden resultar afectados. Los bebés prematuros tienen más tendencia a padecer infecciones e ictericia y pueden tener dificultades para alimentarse, así como para mantener una temperatura corporal estable.
Los bebés que sobreviven pueden sufrir problemas de salud a largo plazo, incluyendo enfermedades pulmonares crónicas, problemas de visión y audición, parálisis cerebral y problemas de desarrollo.
La mayoría de los bebés prematuros nacen entre las semanas 34 y 37. Si estos bebés prematuros no presentan otros problemas, usualmente gozan de mejor salud que los bebés que nacen más temprano, pero aun así corren más riesgo de tener problemas que los bebés que nacen más tarde.
Si tu parto empieza antes de la semana 34 y no hay una razón médica que requiera un alumbramiento inmediato, tu médico quizás logre retrasar el parto algunos días. Esto le ofrece la oportunidad de suministrar corticoesteroides al bebé, que ayudan a que sus pulmones y otros órganos se desarrollen más rápido, lo que aumenta enormemente sus probabilidades de sobrevivir y reduce lo más posible algunos de los riesgos asociados con el nacimiento prematuro.
Hoy en día existen muchos avances tecnológicos para ayudar a tratar a los bebés prematuros. Para sacar el máximo partido de ellos, los bebés prematuros permanecen en el hospital, en la sala de cuidado intensivo neonatal.
Este video te da un paseo virtual por una sala de cuidado intensivo neonatal
¿Qué es lo que produce un parto prematuro?
Si bien generalmente se desconoce la causa, hay distintos factores que pueden influir en un parto prematuro:
- Una infección
Algunas infecciones del aparato genital se asocian a un mayor riesgo de parto prematuro. Las sustancias que producen las bacterias pueden debilitar las membranas que rodean al saco amniótico y provocar su ruptura temprana. Incluso si las membranas permanecen intactas, las bacterias pueden causar una infección e inflamación en el útero, lo que podría acabar provocando un parto prematuro.
Seguramente en tu primera visita prenatal te hicieron pruebas para descartar infecciones de transmisión sexual tales como clamidia y gonorrea. Si dieron positivas, tanto tú como tu pareja deberían haber recibido tratamiento de inmediato. Unas semanas después te deberían haber hecho otra prueba y te habrán pedido que uses condones al tener relaciones sexuales durante el resto de tu embarazo.
Si ya tuviste anteriormente un parto prematuro, también te pueden haber hecho un análisis para ver si tenías vaginosis bacteriana. Aunque algunos estudios demuestran que el tratamiento de la vaginosis bacteriana en el segundo y tercer trimestre reduce el riesgo de parto prematuro en mujeres con antecedentes de nacimientos prematuros, otros estudios indican que no hay diferencias. Los especialistas no coinciden en si vale la pena hacerles estudios a las mujeres embarazadas que no presentan síntomas. (Si tienes síntomas de vaginosis bacteriana, te realizarán análisis y recibirás tratamiento con antibióticos, de ser necesario.)
Seguramente no te habrán realizado un análisis para verificar si tienes tricomoniasis a menos que presentes síntomas.
Algunas infecciones no uterinas, como la infección de riñón, pulmonía y apendicitis, también aumentan el riesgo de parto prematuro.
También corres más riesgo de tener un parto prematuro si padeces un tipo de infección urinaria llamado bacteriuria asintomática, una condición en la que hay bacterias en tu tracto urinario, pero no presentas síntomas. Esta es la razón por la que les hacen análisis de orina a todas las mujeres embarazadas.
Otros factores que podrían aumentar la posibilidad de tener un parto prematuro son:
- Algún problema con la placenta como placenta previa, placenta acreta (adherida) o desprendimiento prematuro de placenta.
- Un útero demasiado grande, lo cual ocurre a menudo cuando tienes un embarazo múltiple o demasiado líquido amniótico.
- Anomalías estructurales del útero o del cuello uterino, como por ejemplo un cuello uterino de menos de 25 milímetros de largo que se acorta, afina o dilata sin contracciones, lo que se denomina insuficiencia cervical. La insuficiencia cervical puede ser resultado de una cirugía cervical o puedes haber nacido con ella.
- Tener una cirugía abdominal durante el embarazo (por ejemplo, para extirpar el apéndice, la vesícula biliar, o un quiste en el ovario).
¿Cuáles son los factores de riesgo de un parto prematuro espontáneo?
Existen varios factores de riesgo, pero hay que destacar que más de la mitad de los nacimientos prematuros ocurren en embarazos sin ningún factor de riesgo identificable. Si bien es imposible predecir la probabilidad de un parto prematuro, puedes tener un riesgo más alto si:
- Ya has tenido un parto prematuro (cuanto más temprano haya nacido el bebé y más partos prematuros espontáneos hayas tenido, mayor es el riesgo)
- Estás embarazada de dos o más bebés
- Eres menor de 17 años o mayor de 35 años
- Eres de ascendencia africana
- Estabas demasiado delgada antes de quedar embarazada, o no aumentas el peso necesario durante el embarazo
- Has tenido sangrados vaginales en el primer y segundo trimestre. Si has tenido sangrados durante más de un trimestre, el riesgo aumenta
- Padeciste anemia de moderada a severa al comienzo del embarazo
- Fumas, consumes demasiado alcohol o consumes drogas (especialmente cocaína) durante el embarazo
- Has dado a luz en los últimos 18 meses (especialmente si quedaste embarazada los seis meses siguientes a dar a luz a tu anterior bebé)
- Tu madre tomaba la medicina DES (dietilestilbestrol), para disminuir el riesgo de aborto. (DES ya no se receta en los Estados Unidos desde 1971, pero aún se puede encontrar en otros países. Si tienes treinta años o más y tu madre vivía en otro país cuando estaba embarazada de ti, pregúntale si tomó esta medicina.)
- No has recibido atención prenatal o empezaste a ir tarde a la consulta prenatal
- Estás embarazada de un solo bebé, concebido como resultado de tratamientos de fertilidad
- Eres de clase socioeconómica baja
También parece haber una relación entre un alto nivel de estrés, especialmente estrés crónico, y el parto prematuro. La teoría es que el estrés intenso puede provocar la liberación de hormonas que desencadenan las contracciones del útero y el parto prematuro.
Esto podría explicar por qué las mujeres que son víctimas de abuso doméstico tienen un mayor riesgo de parto prematuro espontáneo. Las que sufren violencia física corren un riesgo aún mayor, especialmente si son víctimas de un trauma en el abdomen.
Algunos estudios sugieren que las mujeres que trabajan de noche o en profesiones que exigen mucho esfuerzo físico, tienen un riesgo mayor de sufrir un parto prematuro espontáneo.
Por último, algunos investigadores están estudiando el posible efecto de los factores genéticos en el parto prematuro, ya que parece ser más común en algunas familias. Creen que la genética puede explicar hasta cierto punto los diferentes porcentajes que se dan entre las distintas razas, incluso cuando se consideran otros factores de riesgo.
¿Existen análisis que puedan predecir la probabilidad de tener un parto prematuro?
Hay dos pruebas de detección para aquellas mujeres que presentan síntomas de parto prematuro o que corren el riesgo de tenerlo. Los resultados negativos son especialmente útiles, ya que pueden ayudarte a evitar intervenciones innecesarias e internaciones en hospitales.
El Colegio Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos no recomienda hacer estos estudios a todas las mujeres embarazadas. Las investigaciones no han demostrado que estos sean útiles para las mujeres que no se consideran de alto riesgo y que no presentan síntomas.
Las dos pruebas son:
Medición de la longitud del cuello uterino mediante un ultrasonido o ecografía
Quizás tu doctor haya medido la longitud de tu cuello uterino durante la primera visita prenatal. Si ve algo que le preocupa, puede recomendar un ultrasonido para medir tu cuello uterino con más precisión y observar señales de que está cambiando. Si empieza a adelgazarse o dilatarse a mitad del embarazo el riesgo de un parto prematuro es mayor.
Tu médico puede recomendar que te hagan un ultrasonido si nota que tu cuello uterino es más corto de lo normal al hacerte un examen, si presentas un alto riesgo de insuficiencia cervical, o si tienes síntomas que indican que el cuello uterino está cambiando (tales como presión sobre la pelvis o cólicos, dolor de espalda, aumento del flujo vaginal o sangrado).
Si el ultrasonido muestra que tu cuello uterino está comenzando a cambiar, probablemente el médico te recomendará que reduzcas tus niveles de actividad física y horas de trabajo, que evites tener relaciones sexuales y que dejes de fumar, si todavía no lo has hecho. Dependiendo de tu situación y de la edad gestacional del bebé, podrían realizarte otro ultrasonido en las próximas semanas.
Si aún no has llegado a la semana 24 y tu cuello uterino está cambiando, pero no tienes contracciones, el médico te puede recomendar un cerclaje, que es un procedimiento mediante el cual se realiza una sutura alrededor del cuello del útero (se cose con un punto de hilo fuerte) para reforzarlo y ayudarlo a mantenerse cerrado. Sin embargo, este procedimiento presenta algunos riesgos, y existe mucha controversia sobre si es suficientemente eficaz y si vale la pena hacerlo.
Las mujeres que pueden beneficiarse de un cerclaje incluyen aquellas que tienen antecedentes de una posible insuficiencia cervical. En ese caso, pueden practicarte un cerclaje al final del primer trimestre (entre las semanas 12 y 14), antes de que el cuello uterino comience a cambiar. Si tuviste un parto prematuro antes de la semana 34, es posible que te tomen mediciones periódicas del cuello uterino y te hagan un cerclaje si se presenta un adelgazamiento del cuello uterino antes de la semana 23. Tu doctor determinará si eres una buena candidata para este procedimiento.
También hay evidencias de que el uso de progesterona vaginal pueda reducir el riesgo de tener un parto prematuro en mujeres que tienen el cuello de la matriz corto (menos de 2 centímetros).
Prueba de detección de fibronectina fetal
Este análisis generalmente se reserva para mujeres que tienen contracciones u otros síntomas de parto prematuro. La fibronectina fetal (fFN) es una proteína producida por las membranas fetales. Si en una muestra de tus secreciones cervicales y vaginales tomada entre las semanas 24 y 34 de embarazo aparece una cantidad mayor de lo que debería, se considerará que corres más riesgo de tener un parto prematuro.
Si el resultado del análisis da positivo quizás tu médico te recete medicamentos para detener el parto a corto plazo, y corticoesteroides para ayudar a que los pulmones del bebé maduren más rápido.
Sin embargo, el análisis indica con mayor precisión que no darás a luz pronto. Si el resultado de fFN da negativo, es muy poco probable que tengas un parto prematuro durante las próximas dos semanas. Un resultado negativo puede tranquilizarte y ayudarte a evitar la internación en un hospital o bien otros tratamiento innecesarios.
¿Qué puedo hacer si presento un alto riesgo de parto prematuro?
Cuídate. Si comes y descansas bien, comienzas a recibir asistencia prenatal desde temprano en el embarazo y asistes regularmente a las visitas prenatales, abandonas hábitos perjudiciales (como el fumar) y reduces tu nivel de estrés, ya estás haciendo mucho para garantizar un embarazo saludable y a término. Dependiendo de tu situación, tu doctor puede recomendar que veas a un especialista en embarazos de alto riesgo (un perinatólogo), para que lleve tu cuidado prenatal.
Si ya has tenido una ruptura prematura de membranas o un parto prematuro espontáneo anteriormente, que resultó en un nacimiento prematuro antes de las 37 semanas, y esperas un solo bebé, pregúntale a tu médico respecto a un tratamiento con un compuesto de progesterona llamado Makena (caproato de alfa hidroxiprogesterona 17, o 17 P para abreviar).
Los estudios han demostrado que aplicar inyecciones semanales de esta hormona empezando entre las semanas 16 y 20, hasta la semana 36, resulta en una reducción significativa del riesgo de tener otro parto prematuro para las mujeres que ya han tenido uno antes. (En algunos casos, se empieza el tratamiento después de la semana 20.) Este medicamento no parece ofrecer beneficios para mujeres que llevan más de un bebé o que no tienen un historial anterior de parto prematuro.
A medida que tu embarazo progrese, fíjate en los cambios que experimenta tu cuerpo. Dedica un ratito todos los días, cuando estés sola y tranquila, a concentrarte en los movimientos del bebé y anotar todo dolor o presión inusual.
Aprende cuáles son las señales de un parto prematuro (ver abajo), y avisa a tu doctor inmediatamente si notas cualquiera de ellas. El adelanto más crucial en la forma de tratar el parto prematuro en los últimos 50 años ha sido el uso de corticoesteroides para acelerar el desarrollo de los pulmones del bebé antes de su nacimiento. Cuanto más pronto adviertas que ha empezado el parto prematuramente, más fácil será que tu bebé pueda beneficiarse de este tratamiento.
Algunos médicos sugieren reposo en cama, aunque no hay pruebas de que ayude a prevenir el parto prematuro y en algunos casos puede incluso ser perjudicial.
¿Cuáles son los síntomas de un parto prematuro?
Llama a tu médico o partera de inmediato en caso de tener alguno de los siguientes síntomas antes de la semana 37:
- Un aumento en el flujo vaginal
- Un cambio en el tipo de flujo, es decir, si se torna acuoso, mucoso o sanguinolento (incluso si tiene apenas un color rosado o algunos hilos de sangre)
- Hemorragia vaginal o pérdidas de sangre
- Dolor abdominal, dolores similares a los cólicos menstruales o más de cuatro contracciones en una hora (incluso si no son dolorosas)
- Un aumento de la presión en la zona pélvica (la sensación de que tu bebé está empujando hacia abajo
- Dolor en la parte baja de la espalda, especialmente si es amortiguado o rítmico, o si nunca antes habías tenido dolores de espalda
Estos síntomas pueden ser poco claros porque algunos de ellos, como la presión en la pelvis o el dolor en la parte baja de la espalda, también ocurren en los embarazos normales y las contracciones esporádicas tempranas pueden ser simplemente contracciones de Braxton Hicks.
Pero siempre es mejor prevenir que lamentar, así que llama a tu médico o partera de inmediato si sientes algo fuera de lo normal durante el embarazo. Para advertir posibles problemas en seguida, es buena idea que te familiarices con los síntomas que podrían indicar que hay un problema durante el embarazo.
¿Qué sucederá si tengo un parto prematuro?
Si tienes síntomas de parto prematuro o crees que estás perdiendo líquido amniótico, llama a tu médico, quien probablemente te hará ir al hospital para hacerte una evaluación exhaustiva. Comprobarán si tienes contracciones, revisarán la frecuencia cardiaca del bebé y te examinarán para verificar si has roto aguas. Analizarán tu orina para comprobar si hay signos de infección y tal vez te hagan cultivos cervicales y vaginales. Puede que también te hagan estudios para ver si tienes fibronectina fetal.
Si no has roto la fuente de aguas, tu médico hará un estudio vaginal para evaluar cuánto se ha dilatado o afinado tu cuello uterino. Lo más probable es que además te haga un ultrasonido abdominal para observar la cantidad de líquido amniótico y verificar el crecimiento, la edad gestacional y la posición del bebé. Algunos médicos también realizan un ultrasonido vaginal para revisar nuevamente la longitud del cuello uterino y ver si hay signos prematuros de afinamiento.
Si todos los análisis dan negativos, no has roto aguas y el cuello uterino permanece cerrado luego de unas horas, has dejado de tener contracciones y tú y tu bebé parecen sanos, es muy probable que te envíen a casa.
Aunque la forma de manejar la situación pueda variar un poco entre los distintos médicos, existen ciertas pautas generales.
Si aún no has llegado a la semana 34 de embarazo y se comprueba que muestras indicios de parto prematuro, pero las membranas están intactas, la frecuencia cardiaca del bebé es normal y no presentas signos de infección uterina u otros problemas (como preeclampsia grave o signos de desprendimiento prematuro de placenta), tu médico intentará retrasar el parto.
En primer lugar, te aplicarán una inyección intravenosa y te darán antibióticos para impedir que el bebé contraiga una infección por estreptococo del grupo B. (Esto se hace como medida preventiva, ya que los resultados de un análisis se demoran 48 horas.) Es muy probable que te den medicación para intentar detener las contracciones durante suficiente tiempo como para administrar corticoesteroides a tu bebé y acelerar el desarrollo de sus pulmones.
Si te encuentras en un pequeño hospital comunitario en donde no hay atención especial neonatal para un bebé prematuro, te transferirán a una institución más grande, de ser posible. Tú y tu bebé estarán bajo observación constante durante el parto, si es que este continúa.
Si rompes la bolsa de aguas antes de la semana 34 pero no tienes contracciones, el equipo médico podría decidir inducir el parto o simplemente esperar, con la esperanza de que el bebé tenga más tiempo para madurar. Todo dependerá de tu tiempo de gestación o de si hay cualquier signo de infección o algún motivo por el cual sería conveniente que el bebé naciera en ese momento. En cualquier caso, te administrarán antibióticos para protegerte del estreptococo del grupo B, a no ser que recientemente te hubieran hecho una prueba que salió negativa.
Si estás de 34 semanas o más y rompes aguas, quizás te induzcan el parto o te hagan una cesárea.
Sin embargo, si estás de menos de 34 semanas de embarazo, el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos (ACOG por sus siglas en inglés) recomienda esperar para el parto, a menos que haya una razón clara que indique que no se deba esperar.
Esperar a que se inicie el parto le da al bebé más tiempo para madurar, pero aumenta el riesgo de una infección. Por otro lado, a edades gestacionales muy tempranas, por regla general los beneficios de esperar son mayores que los riesgos inherentes a una inducción o cesárea inmediatas.
Mientras esperas, recibirás antibióticos (además de los que te darán para el estreptococo del grupo B) para reducir el riesgo de otras infecciones y ayudarte a prolongar el embarazo. También recibirás un tratamiento de corticoesteroides para ayudar a madurar los pulmones del bebé.
Durante todo este tiempo tu bebé y tú estarán bajo observación constante. Por supuesto, si desarrollas los síntomas de una infección o hay otras señales que indican que tu bebé no está prosperando, te inducirán o te harán una cesárea.
Si aún no has llegado a las 24 semanas de embarazo, no se recomiendan los antibióticos preventivos para el estreptococo del grupo B ni los corticoesteroides. Tu equipo médico te informará sobre el pronóstico de tu bebé y puedes optar por que te induzcan o por esperar.
Fuente: https://espanol.babycenter.com/a700481/el-parto-y-el-nacimiento-prematuros#ixzz4oRgbkoMz
Comentarios recientes