ORTOPEDISTAS PEDIATRAS EN MÉRIDA
En este Portal de Ortopedistas Pediatras en Mérida encontrara varias alternativas para el cuidado de sus pequeños. Contar con un buen Ortopedista Pediatra es fundamental, es a él a quien podemos recurrir para mantener la salud de los niños y asegurarse de que tengan un crecimiento saludable.
Un Ortopedista Pediátra diagnostica, trata y maneja los problemas musculo esqueléticos de los pequeños, incluyendo fracturas, algunos tipos de infecciones, problemas al andar, o deformaciones físicas, ya sean de nacimiento, causadas por alguna enfermedad o por algún traumatismo. El Ortopedista Pediatra siempre tendrá en mente múltiples opciones de tratamiento, gracias a un entrenamiento específico y extenso y la mejor experiencia en el manejo de los niños con alteraciones ortopédicas.
Dr. Adrián López Vázquez
Ortopedista Pediatra
Ced. 7530314 | Esp. 9976175
Egresado de la Universidad La Salle
Certificado por el Consejo Mexicano de Ortopedia y Traumatología Registro: 1/3300/16 Feb 2016
“Young Surgeons Mexican Delegate” International Society of Orthopaedic Surgery and Traumatology
Miembro Del Colegio Mexicano De Ortopedistas en Yucatán
Conferencista Nacional e Internacional
Profesor Titular del área Ciencias de la Salud en La Universidad del Valle de México campus Mérida con Maestría en Docencia
ATENCIÓN PREVIA CITA
English spoken
Servicios que tratamos
- Displasia de Cadera
- Deformidades en Pies y Manos
- Pie Plano
- Enfermedades Neuromusculares (Parálisis cerebral)
- Malformaciones Óseas
- Lesiones Deportivas en niños y adolescentes
- Escoliosis
- Trauma, Fracturas y Luxaciones en niños y adolescentes
- Atención a lesiones en Cuello, Hombro, Codo, Muñeca y Mano, Cadera, Rodilla, Tobillo, Pie
HOSPITAL EL FARO DEL MAYAB
Consultorio 809
Calle 24 s/n x 7 y 7A
Santa Gertrudis, Copó
lunes miercoles y viernes
Horario: 4:00 pm a 8:00 pm
Tel (999) 930 6484 | 9991 30 13 07
CHAVITOS CLINIC
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(999) 289 1360
Urgencias: 9993 89 96 35
Porque es malo que los niños se sienten en «w»
Muchos niños se sientan en el suelo con una postura muy peculiar que sólo ellos son capaces de hacer sin torcer el gesto, es la postura en W. Se llama así porque si les miramos desde arriba, sus piernas adoptan una posición similar a esta letra: apoyan la parte interna, incluidas las rodillas en el suelo, mientras que los tobillos están en rotación externa.
Parece que fueran a romperse las caderas y las rodillas y, sin embargo, los niños no pueden estar más cómodos, les aporta estabilidad a la hora de jugar en el suelo. Pero, si ves a tu hijo en esta postura conviene que… ¡le corrijas!
La postura en W con la que se sientan en el suelo los niños
Cada vez que veo a mis hijos en el suelo sentados de esa forma me entra un escalofrío, no entiendo cómo puede girar tanto la rótula de la rodilla y no dolerles, parece como si se fueran a partir, pero ellos, están tan tranquilos y, sobre todo muy cómodos. Hasta hace poco les dejaba jugar en esa postura, pero desde que conozco la repercusión de la posición en W les corrijo. ¿Por qué?, estas son las razones según el especialista Ortopedista Pediatra:
– Las rodillas y tobillos tienen una rotación excesiva, lo que supone que pueden padecer contracturas en los músculos de estas articulaciones. Puede que en el mismo momento no lo noten, pero sí pueden sufrir dolor más adelante, incluido el dolor lumbar.
– Ciertos estudios revelan que en los niños que adquieren excesivamente esta posición tienen una mayor predisposición a tener pies planos.
– La cadera está rotada hacia adentro, por lo que la parte interna de las piernas sufre demasiada presión. Pueden padecer contracturas en la pelvis y cadera.
– Pueden sufrir problemas de equilibrio ya que afecta al aparato motor.
– Afecta al desarrollo de la musculatura abdominal y de la espalda, lo que es fundamental para tener una buena postura en la infancia y un buen movimiento.
– Debilita los músculos abductores, rotadores externos y extensores de cadera, por lo que una permanencia en exceso puede llevar a los niños a caminar con los pies hacia adentro, lo cual necesitará un tratamiento ortopédico para corregir.
Para evitar todos estos trastornos lo que debemos hacer es corregir la postura e indicar a los niños que se sienten: o bien con las piernas cruzadas (la clásica posición de indio), con las piernas estiradas o de lado. Conviene además, que les incitemos a cambiar la postura de vez en cuando y a levantarse y moverse entre una y otra.
Ejercicios para el desarrollo motriz de tu pequeño
A medida que para el tiempo y tu bebé crece, el juego es parte muy importante para su desarrollo social, emocional, físico y cognitivo, así que la mejor manera de ayudarlo y estimular su desarrollo integral es con actividades lúdicas adaptadas a cada etapa y hacerlo con mamá o papá lo hace aún más importante y divertido. ¡Toma nota!
De los 0 a 3 meses
Como tu bebé pasa la mayor parte del tiempo acostado o dormido, aprovecha el momento del día más en donde lo veas más activo y hazlo bailar, ponle música, cárgalo y balancéalo. El contacto piel a piel es lo mejor para los primeros meses.
De los 4 a 6 meses
¡Ya es un poco más activo! Ya podrá darse la vuelta e incluso sentarse. Juega con texturas, corta diferentes trozos de telas para que sienta y juegue con ellas, puedes incluir esponjas, estambre o foami. También puedes jugar con las burbujas, ¡a ellos les encanta! El ver cómo desaparecen cuando las toca es algo que los mantendrá súper atentos y los mantendrá moviéndose al querer agarrarlas.
De los 7 a los 9 meses
Como ya es todo un experto en sentarse y moverse mejor, ¡aprovéchalo! Ofrécele objetos coloridos y tipo sonaja para que al moverlos, pueda descubrir el sonido. Y cuando tu peque comience a gatear, hazlo ir de lado a lado a través de pequeños objetos que sirva como obstáculos divertidos y que tenga que cruzar, quitar o darle la vuelta.
De los 10 a los 12 meses
En esta etapa a los bebés les encanta apilar y ordenar objetos, así como llenar cajas con cosas y vaciarlas. Dale una caja que sea fácil de abrir y muéstrale cómo poner y sacar cosas de ella. ¡Pasará horas haciéndolo!
Problemas otropedicos en niños
Conforme vaya pasando el tiempo, es posible que usted se dé cuenta de que el crecimiento de su hijo no ocurre exactamente según lo esperado. Muchos niños pequeños caminan apoyando en peso en las puntas de los pies, tienen los pies planos o varos o las piernas arqueadas o en X.
Algunas de estas afecciones se corrigen solas y sin tratamiento alguno a medida que el niño va creciendo. Otras persisten o bien se agravan debido a otras afecciones médicas. Mucha afecciones ortopédicas (relacionadas con los huesos), como los hoyuelos en la barbilla, no son más que variaciones normales de la anatomía humana que no requieren tratamiento.
Pies planos
La mayoría de los bebés nacen con los pies planos y van desarrollando los arcos de los pies a medida que van creciendo. Pero en algunos niños, el arco nunca se acaba de desarrollar por completo. Lo primero que suelen percibir los padres es que su hijo tiene lo que ellos describen como unos «tobillos débiles» (que parecen torcerse hacia dentro debido a la forma de los pies).
Los pies planos no suelen causar problemas. Los médicos solo recomiendan tratarlos cuando provocan dolor. Tampoco recomiendan llevar ningún tipo de calzado especial, como zapatos altos o de media caña, porque no afectan al desarrollo del arco en los pies.
A los padres de niños con pies planos les preocupa que sus hijos sean más torpes que otros niños, pero los médicos afirman que los pies planos no deberían ser motivo de preocupación y no deberían interferir en la práctica deportiva. A veces, los médicos recomiendan introducir en el calzado unos soportes especiales para el arco a fin de reducir el dolor.
Andar de puntillas (cargando el peso en los dedos de los pies)
El hecho de andar de puntillas, apoyando el peso en los dedos de los pies, es frecuente en los niños pequeños (de uno a tres años), cuando aprenden a andar, sobre todo durante el segundo año de vida. Esta tendencia suele desaparecer en torno a los tres años de edad, aunque persiste en algunos niños.
Andar de puntillas de vez en cuando no debe ser motivo de preocupación, pero los niños que andan de este modo casi todo el tiempo y que siguen haciéndolo después de cumplir tres años deben ir al médico. Andar de puntillas de forma persistente en niños de más de tres años o andar así con una pierna pero no con la otra puede estar relacionado con otras afecciones, como la parálisis cerebral, trastornos de debilidad muscular, el autismo u otros problemas del sistema nervioso.
A un niño sin problemas de salud que ande de puntillas de forma persistente, el médico le puede recomendar unas pocas visitas a un fisioterapeuta para que aprenda ejercicios de estiramiento. Cuando el niño alcance los 4 o 5 años, puede ser necesario escayolarle el pie junto con el tobillo durante aproximadamente 6 semanas para ayudar a estirar los músculos de la pantorrilla.
Pies varos
Los bebés pueden tener las piernas torcidas hacia dentro de forma natural entre los 8 y los 15 meses de edad, cuando empiezan a ponerse de pie. Cuando crecen, sus padres pueden percibir que sus hijos andan con los pies torcidos hacia dentro. Esta forma de andar puede tener distintas causas, pero se considera fruto de variaciones normales en la forma en que se alienan las piernas y los pies.
Los niños con pies varos que tropiezan a menudo pueden tener una torsión tibial interna, en la que la parte inferior de las piernas rota hacia dentro. Los niños de más de 3 o 4 años con pies varos pueden tener anteversión femoral, en la que existe una curvatura mayor de la habitual en la parte superior de la pierna, que hace que esta rote hacia dentro. En algunos niños, los pies varos pueden estar relacionados con problemas médicos preexistentes, como una parálisis cerebral.
Los pediatras tratan los pies varos en muy pocas ocasiones. No se ha demostrado que los zapatos especiales y los correctores ortopédicos tipo férula, que en el pasado se utilizaban para tratar este problema, aceleren el ritmo lento de mejora natural propio de esta afección. Los pies varos tampoco suelen interferir en conductas como andar, correr o hacer deporte, y suelen remitir por si solos cuando el niño alcanza la adolescencia y mejora en control muscular y coordinación.
Piernas arqueadas
Las piernas arqueadas (también conocidas como genu varum) son una curvatura exagerada hacia fuera de las rodillas que se puede heredar. Es habitual en los lactantes y, en muchos casos, se corrige de forma natural con el crecimiento.
Cuando este problema persiste más allá de los dos años o solo afecta a una pierna, puede ser el signo de un problema de mayor envergadura, como el raquitismo o la enfermedad de Blount.
- El raquitismo, un problema del crecimiento óseo que suele estar provocado por una carencia de vitamina D o de calcio en el cuerpo, provoca un considerable arqueamiento en las piernas y también se puede asociar a dolor muscular y a agrandamiento del bazo y del hígado. El raquitismo es mucho menos frecuente en la actualidad que en el pasado.
Tanto la enfermedad como el arqueamiento de la piernas consecuente a ella casi siempre se pueden corregir añadiendo vitamina D y calcio a la dieta. De todos modos, algunos tipos de raquitismo se deben a una afección genética y requieren un tratamiento especializado aplicado por un endocrino.
- La enfermedad de Blount es una afección que afecta al hueso de la tibia, ubicado en la parte inferior de la pierna. Este arqueamiento se pone de manifiesto cuando el niño tiene unos dos años, puede aparecer súbitamente y empeorar deprisa.
Se desconoce la causa de la enfermedad de Blount, pero se sabe que provoca un crecimiento anormal en la parte superior del hueso tibial al nivel de la articulación de la rodilla. Para corregirlo, el niño puede requerir un corrector ortopédico tipo férula o una operación cuando tenga entre 3 y 4 años de edad.
También debería llevar a su hijo al médico si el arqueamiento afecta solo a una pierna o empeora progresivamente.
Piernas en X
La mayoría de los niños presenta una tendencia moderada a tener las piernas en X (afección también conocida como genu valgum) entre los 3 y los 6 años, cuando el cuerpo atraviesa un cambio natural en el alineamiento de las piernas. Casi nunca requiere tratamiento porque las piernas se suelen enderezar por sí solas.
Las piernas en X muy pronunciadas o que más pronunciadas en un lado que en otro a veces requieren tratamiento. Aparatos como los soportes ortopédicos, las férulas, las tablillas o las plantillas para el calzado no ayudan, de modo que se han dejado de utilizar. En casos excepcionales, en que el niño presenta síntomas como dolor o dificultades para correr, se puede considerar una operación a parir de los 10 años.
La mayor parte de lesiones en los niños provienen de las caídas
Cada padre sabe lo difícil que es proteger a un hijo de las lesiones relacionadas con las caídas. Cuando un bebé recién aprende a caminar, hay que supervisarlo constantemente para evitar que se caiga. Más tarde, el niño puede caerse mientras trepa a hurtadillas para alcanzar el frasco de las galletas, o un niño más grande puede resbalarse cuando sube las escaleras corriendo a toda velocidad en calcetines. Aún así, puedes hacer muchas cosas para promover la seguridad contra las caídas de los niños. Pero en caso de ser necesario puedes acudir con un ortopedista pediatra quien brindará el tratamiento adecuado para la recuperación de tu pequeño.
Medidas de seguridad contra caídas para niños en el hogar
En el hogar, la seguridad contra caídas para niños gira en torno a ciertas precauciones básicas. Sigue estos simples consejos:
- Ten cuidado con las alturas. Nunca dejes solo a un bebé sobre una cama, un cambiador o un mueble. Usa las correas de seguridad en las sillas altas y otros asientos para niños. No permitas que un niño pequeño juegue solo en una escalera de emergencia, un porche alto o un balcón. Las redes de seguridad también pueden ayudar a prevenir caídas.
- Procura que las escaleras sean seguras. Asegúrate de que las escaleras tengan pasamanos a ambos lados que vayan desde el primer peldaño hasta el último. Las escaleras deben estar despejadas y bien iluminadas.
- Instala puertas de seguridad. Bloquea el acceso de los niños pequeños a las escaleras con puertas de seguridad. Si colocas una puerta de seguridad en la parte superior de las escaleras, sujétala a la pared.
- Asegúrate de trabar las ventanas y de que las rejas de protección estén bien colocadas. Un niño pequeño podría pasar por una ventana con una apertura de tan solo 6 pulgadas (15,2 centímetros). Si bien todas las ventanas que se abren deben tener rejas de protección o mosquiteros, los mosquiteros solos no son lo suficientemente resistentes como para evitar que un niño salga. Alienta a los niños a no jugar cerca de las ventanas, ya que podrían caerse a través del vidrio. No almacenes ni coloques objetos a los que un niño podría treparse cerca de una ventana.
- Evita el acceso a cables de extensión y escaleras de mano. Es fácil tropezar con los cables de extensión. Guarda las escaleras en los laterales de un cobertizo o garaje.
- Ocúpate de las superficies resbaladizas o desniveladas.Coloca una alfombra de goma en la bañera para evitar resbalones y limpia los sólidos o líquidos derramados en la cocina rápidamente. Usa bases para alfombras hechas de espuma, cinta de doble cara o una almohadilla de goma debajo de las zonas con alfombras para evitar que estas se deslicen. Arregla las aceras y los peldaños rotos o astillados tan pronto como sea posible.
- Evita los andadores. Un niño pequeño que usa un andador podría tropezarse y caerse al suelo o caerse por las escaleras mientras usa un andador. En su lugar, considera usar un centro de actividades fijo.
- Usa luces de noche. Considera usarlas en la habitación de tu hijo, el baño y los pasillos para prevenir caídas durante la noche.
No lo olvides, ante cualquier caída de tu pequeño es necesario acudir al ortopedista pediatra para evitar secuelas o problemas posteriores.
Escoliosis en niños y adolescentes
La escoliosis es una curva con desplazamiento lateral de la columna vertebral, que le da a la columna un aspecto de «S» o de «C» en vez de una «I» recta.
La escoliosis puede provocar que los huesos de la columna giren (roten), y así un hombro, omóplato (escápula) o cadera queden más arriba de un lado que del otro.
El término «idiopático» significa que la causa de este trastorno es desconocida (en la mayoría de los casos).
- Frecuencia de la escoliosis:
- Ocurren curvas de escoliosis que miden por lo menos 10° en el 1.5% al 3.0% de la población.
- Ocurren curvas que superan 20° en el 0.3% al 0.5% de la población.
- Ocurren curvas que superan 30° en el 0.2% al 0.3% de la población.
- Ocurren curvas pequeñas de la columna con frecuencia similar en niños y niñas, pero las niñas tienen más probabilidad de tener una curva escoliótica progresivamente más grande que requiera tratamiento.
Causa
- En la mayoría de los casos de escoliosis, no se conoce la causa exacta (idiopática). Sin embargo, puede ocurrir escoliosis en varias personas de una misma familia. Cuando ello ocurre, hay probablemente un componente genético para la causa.
Clasificación
- La escoliosis puede ocurrir a cualquier edad.
- La escoliosis idiopática adolescente ocurre después de los 10 años. Es el tipo más común.
- La escoliosis infantil ocurre en niños menores de 3 años. Puede ser resultado de vértebras con forma anormal de nacimiento (congénita), diversos síndromes, trastornos neurológicos, o causas desconocidas (idiopática).
- La escoliosis juvenil ocurre en niños que tienen entre 3 y 10 años de edad. No es común.
- La escoliosis por lo general no causa dolor, disfunción neurológica ni problemas respiratorios. La preocupación del aspecto cosmético de la espalda a menudo es la inquietud primaria del paciente y de los padres.
Examen, signos
- El médico le pedirá a su niño que se incline hacia adelante, lo que mostrará cualquier deformación (vea la imagen arriba). Esto se llama «prueba de Adam de inclinación frontal». El médico también controlará si hay diferencias de longitud de los miembros, signos neurológicos anormales u otras causas potenciales.
¿Qué es la displasia de cadera?
El término displasia de desarrollo de la cadera (DDH) engloba alteraciones en la forma de cabeza del fémur, del acetábulo (donde encaja en la pelvis) o de ambos que pueden provocar problemas de desarrollo y estabilidad de la articulación, ya desde el periodo intraútero hasta el período neonatal que van desde la subluxación hasta la luxación de la cadera.
El término «cadera luxada» significa pérdida de relación entre la cabeza femoral y el acetábulo y puede tratarse de una luxación reducible por manipulación o de una luxación irreducible. El término «cadera luxable» significa una correcta relación entre la cabeza femoral y el acetábulo que puede perderse por manipulación externa.
Anteriormente se utilizaba el término “luxación congénita de cadera” pero se ha sustituido por el de displasia ya que no todas las caderas se encuentran luxadas al nacimiento ni todas evolucionan hasta la luxación.
¿Cómo se produce la displasia?
Se han identificado numerosos factores de riesgo que influyen en el desarrollo de una displasia de cadera, si bien destacan (3):
-presentación nalgas puras debido a la influencia en la postura de las caderas,
-sexo femenino debido a la mayor elasticidad producida por la sensibilidad a las hormonas maternas,
-cadera izquierda debido a la postura en aducción al estar apoyada contra sacro,
-primer hijo debido a la posición en un útero más tenso e
-historia familiar con patrones hereditarios de penetrancia incompleta.
¿Las mochilas portabebés pueden producir displasia de cadera?
Algunas culturas colocan los recién nacidos en unos sistemas de porteo en postura forzada con las piernas estiradas y juntas durante muchas horas al día. Se ha comprobado que en estas situaciones aumenta el riesgo de desarrollar una displasia de cadera, por lo que no se recomienda mantener las piernas de los niños en esa postura.
No se ha visto ninguna relación entre la displasia de cadera y los actuales sistemas de mochilas portabebé, ya que mantienen las piernas separadas y suelen permitir una movilidad libre de las caderas.
¿Cómo se descubre la enfermedad?
La exploración física de todos los recién nacidos permite la detección precoz de la mayoría de pacientes. Con unas maniobras de exploración que llamamos Ortolani y Barlow evaluamos si la cadera está luxada o es luxable.
Primero realizamos la maniobra de Ortolani (figura), que consiste en intentar colocar en su sitio una cadera que está luxada. Si notamos el resalte de que la hemos reducido, concluimos que el niño tenía la cadera luxada.
Después realizamos la maniobra de Barlow (figura), que consiste en intentar luxar una cadera que está en su sitio. Si notamos el resalte de que la hemos luxado, concluimos que el niño tiene la cadera luxable.
No todas las caderas luxadas pueden reducirse con estas maniobras. Por ello, valoramos también la abducción de cadera, es decir, cuanto abre o separa las piernas. Si existe una asimetría importante, podemos pensar que la cadera que se abre menos pueda tener una luxación.
Existen otras maniobras exploratorias más complejas que el ortopeda pediátrico puede practicar en caso de duda.
La asimetría en los pliegues del muslo no se considera que tenga relación con la displasia de cadera.
Siempre que la exploración es patológica o siempre que existan tres o más factores de riesgo en un recién nacido, exploramos la cadera mediante una ecografía. La última revisión (2015) de la Academia Americana de Cirujanos Ortopédicos recomienda también realizar una ecografía en todos los niños menores de 6 meses que presenten uno o más de los siguientes factores de riesgo: presentación de nalgas, antecedente familiar de displasia de cadera o inestabilidad clínica en la exploración.
La radiografía convencional constituye el método usual de diagnóstico y control en los niños mayores de 6 meses, ya que a partir de esa edad la osificación progresiva de la cabeza del fémur dificulta mucho la interpretación de las imágenes de ecografía.
La exploración física en el niño grande afecto de luxación congénita de cadera se caracteriza por la cojera y las deformidades (asimetría de pliegues, extremidad más corta,…), pero cuando la afectación es bilateral la exploración física puede ser engañosa.
¿Qué hacer cuando nace un niño?
El diagnóstico precoz de la luxación congénita de cadera constituye el punto fundamental para obtener una evolución satisfactoria, es decir, para obtener el desarrollo de una cadera de características normales. Cualquier retardo en el diagnóstico puede comprometer el futuro de la articulación y provocar la evolución hacia una artrosis precoz.
A todos los recién nacidos se les debe explorar las caderas durante el primer examen postnatal, antes del alta clínica y en los controles pediátricos habituales.
¿Qué tratamiento es el más apropiado?
El objetivo del tratamiento de la luxación congénita de cadera es obtener una cadera reducida sin deformidades residuales así como evitar las complicaciones y las secuelas.
Algunos niños presentan sólo una inestabilidad de la cadera durante las primeras semanas de vida y en muchos de ellos la inestabilidad desaparece de forma espontánea. La conducta a seguir ante estos pacientes varía de un médico a otro: mientras unos consideran sólo la observación y los controles ecográficos, otros prefieren el tratamiento con férulas de abducción (Paulik o Tubingen) de todos los niños con inestabilidad de cadera.
Todos los niños que presentan una inestabilidad de cadera más allá de las seis primeras semanas de vida o una luxación completa, han de ser tratados. En una primera fase, para reducir la cadera, el tratamiento consiste en la colocación de una férula de abducción (Paulik o Tubingen), que mantiene las piernas abiertas y, por lo tanto, las caderas estarán reducidas. Si la ecografía o radiografía de control muestra una correcta reducción, éste será el tratamiento definitivo.
Si después de 3 semanas de tratamiento con férulas de abducción no hemos conseguido una reducción adecuada tendremos que plantear una nueva estrategia terapéutica: tracción, reducción bajo anestesia general e inmovilización con un yeso pelvipédico.
Finalmente, en los niños mayores de 18 meses, en los que no hemos conseguido una reducción con los tratamientos previos o en los niños afectos de luxación congénita de cadera teratológica (cadera luxada antes de nacer) estará justificado un tratamiento quirúrgico: reducción abierta de la cadera.
En ocasiones, la luxación del cadera se produce en el contexto de un síndrome polimalformativo, en estos casos (luxación teratológica) el tratamiento suele ser más difícil y el pronóstico es peor.
Como saber si mi hijo necesita zapatos ortopédicos
Puede que te suceda como a mí que cuando me lo dijo el médico me asusté y pensé que mi niño tendría que utilizar esos zapatones tan grandes en un pie o en ambos, pero no fue así. Hay diferentes tipos de zapatos según el problema. ¿Quieres saber si tu niño necesita zapatos ortopédicos? Continúa leyendo para conocer más del tema.
Por qué un niño debería usar zapatos ortopédicos
Puede ser porque tenga una pierna más corta que la otra; esto puede ser notable a simple vista porque la diferencia es importante o bien puede que no lo sea, pero que de todas formas deba usar calzado ortopédico para evitar posibles problemas de columna u otros.
Hay niños que necesitan utilizar éste tipo de calzado toda la vida, pero dependiendo del caso puede ser suficiente una plantilla especial con realces que se coloca dentro del calzado habitual cambiándolo con otro tipo de zapato más rígido.
Sin embargo, también hay afecciones que se corrigen en unos cuantos meses o años y luego pueden dejar de hacer uso del calzado ortopédico.
Hoy en día hay variados y modernos modelos de calzado ortopédico para niños, por lo que nadie se da cuenta de que lo es.
Cuándo un niño debe usar zapatos ortopédicos
Cuando tiene pie plano
Esto es cuando la planta del pie carece de arco; hasta que el niño no tiene 6 años de edad no puede saberse con seguridad si necesitará de calzado especial o no, ya que el pie continúa desarrollando su anatomía.
Cuando padece de Toeing
Sucede porque el niño camina juntando la parte interna de las piernas y/ o rodillas, también conocido como toeing. Se soluciona colocando una cuña dentro del calzado y utilizando zapatos rígidos; además el profesional recomienda la realización de actividades como andar a caballo, caminar descalzo en la arena y montar en bicicleta, entre otras.
Los niños y el calzado ortopédico
En la actualidad ya no se indica la utilización de calzado correctivo a menos que la problemática biomecánica sea muy importante o dificulte el andar del niño. Estos por lo general tienen un buen desarrollo de sus pies si los zapatos que utilizan de modo habitual son adecuados para ellos.
Para evitar que los niños tengan problemas en el desarrollo de sus pies los zapatos deben ser planos, de suelas flexibles, antideslizantes, livianas y porosas para que permitan que el pie respire.
¿Tu niño ha utilizado zapatos ortopédicos? Cuéntanos por qué, cuánto tiempo…, a otros padres les interesará tu testimonio.